Amo la comida | Mabel Moreno
viernes, junio, 2018
Amo la comida casi tanto como amo el cine. Cuando voy al cine busco saborear las escenas, la música incidental, los planos y las palabras del guión.
Voy a un restaurante a buscar los sabores escondidos en todo el lugar, la atmósfera, la atención.
Me gusta toda la comida, desde los platos fusión más elaborados hasta el sancocho de leña. Bogotá ofrece un escenario culinario cinematográfico, hoy día hay comida temática, internacional, fusión; pero me atrapan los lugares que tienen su propia personalidad, que no son pretenciosos, confían en su comida y la excusa para servirla.
Mi amor por la comida existe desde que tengo uso de razón, desde siempre.
Hay dos rincones de la ciudad que me deleitan con su cocina, con menús variados y una sazón que enamora.
Casa
Mi restaurante preferido es CASA, se presenta como un restaurante de comida para compartir y sin dudarlo es la mejor opción para ir con amigos. Su Fideuá es un gran recomendado entre sus segundos, fideos bañados y servidos con mariscos que nos recuerdan a la preparación de la paella. Casi nos hace sentir la brisa del mar.
Tartar de atún y ceviche, entradas frías para compartir que no pueden dejar de pedir al visitarlos. Para los paladares que buscan redescubrir conocidos sabores la tortilla española con espuma de alioli y pimientos es inolvidable.
De postre yo opto por su Pannacota de limón. Cómo no pedirlo, el cítrico gusto y aroma del limón es uno de mis favoritos. Lo puedo disfrutar en deliciosos postres o como dios manda, en recetas con limón, sal y tomate.
¿Dónde?
Cra. 13 #85 – 24, Bogotá.
Tamarine Asian Cuisine
La fusión de cocinas inspira a los paladares más exigentes. Una novedosa opción para probar comida asiática en un espacio sin pretensión es Tamarine. Con amor por lo propio el chef tailandés del hotel JW Marriott ha diseñado un menú de opciones que mezclan su cocina con ingredientes locales.
Los domingos este restaurante nos regala un festín, su brunch asiático Buranchi. Allí compiten por el primer lugar sus panecillos Bánh bao, sobres de masa para rellenar con frescos vegetales y carnes preparadas con especias orientales; contra sus arroces salteados con distintas proteínas: pato, cerdo, res y pollo.
Su postre como el buen cine me resultó inspirador, sobre la mesa los chefs pasteleros te arman su arte. Cremas, macarrones y otras golosinas para grandes y pequeños. No hay quién pueda vivir la experiencia sin una sonrisa viéndolos pintar la mesa con sus preparaciones.
Los viernes en la noche me encanta visitarlos, sus Djs residentes e invitados animan la noche. Una gran opción para vivir la previa entre cocteles de sake y sushi.
¿Dónde?
Calle 73 #8 – 60, JW Marriott Bogotá.
Descubrir espacios para celebrar nuestro amor por la gastronomía comienza escuchando. Me encanta conocer nuevas recomendaciones sobre esos lugares que frecuentan porque les ofrecen magia, donde tienen historia, esos restaurantes de película.
Para quienes se animan a combinar sus pasiones les dejo una de mis películas favoritas: Soul kitchen. Deliciosa pieza que mezcla la música, la cocina y una gran historia.
Que el apetito por los detalles se despierte.